Historia del club

CLUB DE CAMPO LA CARRASCA

Casi todos los pueblos de España tienen vestigios romanos y árabes aquí, el aljibe. Los romanos y los árabes nos marcaron a todos, pero para definir la personalidad de un pueblo hay que buscar sus peculiaridades históricas.

Por los años 20 ó 30 de este siglo, los médicos mandaban a Serra a sus enfermos de tuberculosis, para curarse y ellos se quedaban en Náquera para vigilarlos en su “veraneo”. Empezando así, o consolidando, su incipiente atracción turística.

Por las mismas fechas, sin que se pueda precisar si fue antes o después, se fue consolidando La Carrasca, como la primera urbanización de la provincia de Valencia. Aquí se construyeron algunos chalets, gente importante del mundo empresarial y profesional valenciano. Todo ello marcó una impronta en Náquera como zona de veraneo. Que la habían elegido, suponemos, por su situación geográfica, por su baja montaña, por su gran arbolado, por su agua subterránea abundante, por su temperatura agradable y por distanciar, tan solo, 22 Km. de Valencia y muy bien comunicada por esta.

Náquera fue capital de España, del gobierno de la República, desde el 7 de noviembre de 1936 al 22 de octubre de 1937. Este es un hecho histórico importantísimo. Pocos pueblos y ciudades de España pueden presumir de lo mismo. Cuando el gobierno de la Republica tuvo que abandonar Madrid, por el acoso que sufría, eligió Náquera para establecerse, por su distanciamiento de los focos de peligro y también porque tenían unos chalets extraordinarios para instalarse con todas las comodidades y con capacidad para alojar a todos los ministros.

Náquera fue la capital de la nación casi un año y este hito histórico hay que resaltarlo con énfasis, con independencia de las creencias políticas que cada uno tenga. Y aquí se celebraron consejos de ministros, bajo la presidencia de Negrín.  Una anécdota, se olvidaron de Azaña, presidente de la República. Tuvieron que instalarlo deprisa y corriendo, en la Finca de la Pobleta, de Portacoeli, a unos 7 Km. de Náquera. Cerca, pero no encima. Estaba, marginado por el gobierno.

Posteriormente, en el año 1974,  se fundó el Club de Campo La Carrasca, con la finalidad de aglutinar y fomentar la relación social de los vecinos de la zona, pero abierto a todos los residentes de Náquera.

Es un club muy abierto, lo que prima es la calidad humana, con independencia de la posición social que uno tenga. Si he citado a esta entidad, lo he hecho porque es un club que está enclavado en La Carrasca, digamos ya en su zona histórica, que lleva su nombre y que da prestigio al pueblo de Náquera. Se ha podido mantener en este carácter abierto y, digamos, liberal en su mas amplio sentido, porque han pasado por su directiva grandes presidentes como José Gil, hijo, Ramón Aparicio, Filiberto Crespo, Enrique Gastaldi, Rafael Villena y directivos que desinteresadamente han dedicado muchas horas de trabajo a la entidad.

En los finales de los 60 y durante los 70, y con el “boom” económico, surgieron las otras urbanizaciones de Náquera, que terminaron de consolidar como zona de veraneo. Magníficamente comunicada, mejorada últimamente con la construcción del by-pass y el corredor comarcal, a media hora del centro de Valencia.

De estas pinceladas históricas, que a mi entender han dado a Náquera una personalidad singular, hay que sacar conclusiones. Tenemos una “zona histórica”, La Carrasca,que hay que respetarla y potenciarla. No se puede destruir, autorizando la construcción de viviendas adosadas. Tenemos que mantener lo que nos ha legado el pasado. Es nuestra historia. No podemos deformarla. También nos preocupa el presente. El Ayuntamiento de Náquera y con el apoyo de la Diputación Provincial, en la anterior legislatura, proyectó el desvío o circunvalación de Náquera. Empieza en la entrada por Bétera y termina después de pasada La Carrasca, en dirección a Serra. Este trazado final, pasando el pueblo, nos parece perfecto.

La circunvalación es una vía rápida para atravesar una población, sin cruces, ni interferencias. Porque desvirtúa este concepto nos preocupa y nos inquieta el también proyectado desvío perpendicular, como una nueva calle o mejor dicho carretera, que lo une al Paseo de las Delicias (diseñado como primera fase). Salva el barranco mediante la construcción de un puente. No le vemos ningún sentido. Es retrogrado y destruye, al dividirlo, el paseo mas emblemático de Náquera, el Paseo de las Delicias.

Como conclusión, queremos resaltar que es urgente dictar normas urbanísticas para la protección de la zona histórica de La Carrasca.

Suprimir la primera fase del proyecto de desvío, lo que supondrá, además, un ahorro considerable de recursos económicos.

Urbanizar y darle la categoría que se merece al Paseo de las Delicias, puerta de la “zona histórica”. Convertir lo que está proyectado como acceso al Paseo de las Delicias (primera fase del proyecto) en zona verde, uniéndola al pueblo con un paseo peatonas, por el margen derecho del barranco.

Las inclinaciones urbanísticas actuales tienden a aumentar al máximo las zonas verdes. Y también la separación de personas y coches, creando zonas peatonales. Rectifiquemos el tremendo error proyectado, todavía hay tiempo, y convirtamos el asfalto en un gran pinar.

Pensemos en el mañana. Las generaciones futuras nos lo agradecerán.

Escrito por Alejandro Escribano. (Abogado. Presidente del Club de Campo La Carrasca) Publicado en Las provincias. Domingo, 17 de septiembre de 1995